Estephany AntiguaNo importa si está en Nueva York, Madrid o Buenos Aires: donde llega un dominicano, se nota.
Su alegría, su forma única de hablar y su calor humano lo hacen destacar en cualquier parte del mundo.
Estas son 7 cosas que hacen al dominicano inconfundible, donde quiera que va:
Hablar sin gestos: Habla con las manos, con la cara, con el cuerpo entero. Y muchas veces, sube el tono sin estar enojado.
Alegre por naturaleza: El dominicano tiene una sonrisa lista para cualquier ocasión. Su buen humor lo convierte en un ser contagioso y positivo.
“Relambido” con chispa: El dominicano es un experto en hacer chiste espontáneo y la risa fácil.
En cualquier reunión, siempre hay uno que se convierte en el alma del grupo sin mucho esfuerzo.
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Su sazón: Aunque esté lejos, el dominicano no olvida su arroz, habichuelas y carne. del mangú y de los pastelitos.
Incluso, muchos emigrantes montan pequeños negocios de comida criolla donde viven.
La hospitalidad: Los dominicanos abren las puertas de su casa a cualquiera como si fuera de la familia.
Siempre ofrece café, comida o ayuda, incluso a desconocidos.
Convertir acontecimientos tristes en memes: Aunque la vida en el extranjero tenga dificultades, el dominicano mantiene la fe, la esperanza y el buen ánimo. Siempre tiene una historia que contar y una manera positiva de ver la vida.
Creativo en el lenguaje: Su forma de hablar es amplio, está llena de dichos, refranes, apodos y palabras propias que lo hacen único: desde el «vaina» hasta el «concho».
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