Hay veces en los que la lotería que separa la vida y la muerte le pasa a uno rozando. Cuentan en el barrio que Ehab, un hombre en la cuarentena, no sabe bien qué habría preferido, de qué lado habría querido quedarse. A última hora del sábado, estaba introduciendo la llave en la puerta de su casa cuando se produjo el descomunal estruendo. Todo tembló, y el edificio de dos plantas que acoge la vivienda de Ehab y de su hermano en la localidad de Tamra (norte de Israel) quedó casi en ruinas. Un misil lanzado desde Irán acababa de impactar de lleno.
Misiles iraníes sobre Tamra, el pueblo israelí de población árabe
