Por Luis Felipe Rosa Hernández
El PLD es un partido con mucho arraigo y potencialidades políticas. Tiene una significativa presencia en los órganos legislativos (La Cámara de Diputados y el Senado) y los ayuntamientos del país, con un gran número de alcaldes y directores distritales, de regidores y vocales. Además, se puede decir que conserva más del veinte por ciento de los empleos de la administración pública.
Eso no es casual. Más de veinte años de gobierno representaron para el PLD un largo y continuo control de la administración pública, de los cuerpos armados y la Policía Nacional, del cuerpo diplomático y consular, de la representación del país en los organismos y eventos inter- nacionales y el control del Congreso Nacional.
Puede leer: PRM, Fuerza del Pueblo y PLD
La Justicia estuvo y aún en gran parte está bajo el control del PLD, que colocó al frente del Poder Judicial, sin ningún pudor, a reconocidos cuadros políticos suyos.
Bajo el liderazgo de Leonel Fernández y Danilo Medina, ejerció un control casi omnímodo del Estado y de la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil (gremios profesionales, sindicatos, cooperativas, etc.), y en gran medida sobre los sectores financiero e industrial.
Los dirigentes y cuadros del PLD, como es lógico, adquirieron experiencia y dominio en la administración del Estado, de la cual se ufanan. Los del PRM, con el presidente Abinader a la cabeza, también han aprendido.
Ese paso por el Estado, por tantos años, es la mayor fortaleza del partido morado de la estrella amarilla. Sin embargo, se agotó y perdió el sentido de la realidad. Sus gestiones de gobierno quedaron atrapadas por la corrupción y la fastuosidad, pasando su membresía más encumbrada a competir con la vieja élite social y empresarial de la nación, hasta desplazarla de muchas áreas de la economía. Así fue erosionando sus potencialidades y capacidad de control político hasta perder las elecciones de 2020 y salir del poder.
El PLD y Danilo Medina como su presidente y líder, a pesar de haber realizado un exitoso congreso e iniciado a destiempo (en franca violación de la Ley Electoral) la campaña para escoger candidato presidencial el 2028, no ha logrado despertar el entusiasmo de su militancia ni prender como opción de poder debido , entre otras causas, al continuo drenaje que hace la Fuerza del Pueblo de sus filas, el peso de los expedientes de corrupción que se ventilan en la Justicia y el peso sobre Medina la prohibición de repostularse.
En la competencia política por el poder, la Fuerza del Pueblo por el momento aventaja al PLD.
The post El PLD y la Fuerza del Pueblo appeared first on Hoy Digital.