Haneen tiene cuatro años y es una de las supervivientes del bombardeo israelí el pasado lunes en la escuela Fahmi al Jarjawi, que dejó 36 muertos, incluidos 18 niños. Allí se refugiaba junto con su familia y cientos de desplazados después de tener que abandonar su casa en Shujaiya, al noreste de Gaza. “De repente me desperté y vi fuego por todas partes. No podía encontrar a mi mamá ni a mi papá. Empecé a correr y a gritar ‘¡Mamá! ¡Papá!’, pero no había nadie”, recordó la pequeña al ser encontrada por trabajadores de Unicef en el lugar el mismo 26 de mayo.
La infancia se consume en el infierno de Gaza
